martes, 22 de octubre de 2013

Densidad

Allí dónde rugía la leona.
En el estómago celeste en el que volaba el vencejo.
Donde corría la yegua.

Todos los lugares se apiñaron en la terminal,
como en un desagüe universal cayeron sobre mis hombros.
flaqueaban las rodillas, tragaba tierra, hablaba asfixia.

Ni rugía, ni volaba, ni corría.
Clavada, sepultada, encerrada tras una línea de tela artificial.
El espacio se elongaba, por la gravedad de la amalgama.

En una escisión eterna, di un paso.
Mi sombra queda en el instante; insta a la quietud.
Vienen más pasos: Violencia, me obligo a tomar el veneno de la distancia.

Nunca fuí más densa. Nunca más sola.

El subterráneo serpentea. Estás en todas las paradas. Estás en ninguna.
Huele a autobus. Duermo sin sueño. Hablo sin boca. Ando sin piernas.

Te lloro toda; allí dónde rugía la leona, allí dónde volaba el vencejo, dónde corría la yegua.
Las cuatro llorábamos. Sin un plan mejor.

2 comentarios:

  1. También la leona es silenciosa, el vencejo se posa y la llegua pasta. Cada cosa tiene su tiempo y a ti ahora te tocó el de la nostalgia.

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