sábado, 24 de agosto de 2013

La Generación Engañada

A pesar de que llevo días dándole vueltas al hecho de que mi generación metavive demasiado de sus pequeñas miserias, de que llevamos unos años haciendo balance de lo que nos pertenece, antes de tiempo, no he podido evitar darle forma a esto.

Probablemente si naciste entre 1981 y 1995 te sientas identificado con esto. Fuimos los hijos de la generación del crecimiento, los hijos de los ciudadanos que se prepararon en el pasado para vivir en el futuro. Que escribieron con plumilla y luego consumieron Bic Cristal que escribe normal, pero los modos de educación no se adaptaron a las formas de vida.

Cuando nacimos entre ropa deportiva de colores fuertes y pantalones subidos hasta el pecho, fuimos la generación más privilegiada hasta el momento. Sabíamos por ciencia infusa, como programar el video, como utilizar una cámara digital o cómo abrir el buscaminas, a la vez que aún conservábamos las herencias de los mayores: Unas canícas, una peonza, los libros naranja del barco de vapor...

Pero sobretodo conservábamos las viejas ideas, que no servían en el mundo nuevo. Estudiar una carrera era sinónimo de conseguir un trabajo bien remunerado y relativamente cómodo, así que con mirada de superioridad éramos los alumnos que mejor nota sacábamos y pensábamos en los terribles futuros de aquellos compañeros que suspendían.

Así que fuimos creciendo pagando dinero por reproductores musicales cada vez más pequeños mientras que nosotros nos hacíamos más grandes. Con el Walkman terminamos el colegio y las cintas se fueron perdiendo en cajones llenos de trastos. Comenzamos a ir al instituto con un Discman (Shock ressistant si eras un privilegiado), y ahí lo empezabas a tener cada vez más claro, tú eras de aquellos que valían, que harían una carrera y tendrían un magnífico trabajo nada más salir, pues en la Universidad te prepararían para desempeñarlo, y como llevaban toda la vida diciéndote lo inteligente que eras y premiándote con reproductores más pequeños y cómodos (Cómo el Mp3 al que le cabían mogollón de canciones, no había que rebobinar y ¡atención! ya no tenías que gastarte la paga en pilas).

Así que te marchaste de tu casa en cuerpo y alma (o sólo en alma, depende del caso), y comenzaste nada menos que CINCO años de universidad. ¡Eso iba a ser una eternidad!

Mientras terminabas de definir tu personalidad y tus gustos, descubrías que tus colegas de estudios también eran los que valían y gracias a la TV de los noventa y a los primeros pasos de Internet, no érais tan diferentes. Así que tu rollito de lector solitario en tu casa zampando galletas príncipe, no era único...¿Había tanta gente de los que valen? ¿Cómo podía ser? ¿Si en tu clase del colegio sólo había cajeras y mecánicos?...

Así que terminas el periodo académico y te preguntas dónde estan todas las faldas de tubo y las américanas que aparecerían por arte de magia en tu armario al cumplir los 25. Sigues llevando una mochila adolescente (con un agujero para los auriculares), y no ves que haya un maletín por ningún lado. Probablemente tengas granos a la vez que canas y el espejo te devuelva la misma cara de gilipollas que cuando tenías 18.

Nadie quiere contratarte porque gastaste demasiado tiempo con el MP3 y muy poco con la autoformación (Que era OBVIO que tenías que haber tenido), y además nadie se fia de tí, porque no te haces un moño bajo adecuado y porque, joder, todavía tienes granos.

Así que no sé que coño vamos a hacer. Quedarnos en el boton de Pause, o cabrearnos. Cabrearnos un montón con los adultos que comprarón los Bic Cristal , y que no nos contaron que ya no se podía entrar al mercado de trabajo (entre otras cosas porque ya estaban ellos). Han criado hijas médicas, hijos abogados y han puesto sus fotos en el salón.

Y ahora volvemos a nuestra casa y entramos a nuestro cuarto adolescente preguntándonos si somos tan diferentes de cuando usábamos Discman para poner Cd´s con música de mierda. Con todo hecho y sin nada que hacer; te colocas un Ipod del tamaño de la pantalla de tu primer móvil para ser el parado más común : El parado joven y formado. Y te das un paseo pensando en cómo cojones saldrás de esta y si aprendiste algo que te sirva para ahora ¿Quizá algún conocimiento vomitado y olvidado tras un examen podría serte útil? ¿Alguna enseñanza ética de Punky Brewster? ¿A qué coño se dedica Harry Potter después de Hogwarts?


2 comentarios:

  1. Y la vida sigue sorprendiéndonos cada día con noticias que seguro que nos afectan pero sin saber como, y aunque sigo esperando en la puerta de mi trabajo a ver como entran esas promesas prometidas que auguraban tiempos mejores y a los veteranos nos iban a dar cuartelillo mientras les enseñábamos a ser pacientes pero sin que perdieran la ilusión, no llegan y desde el fondo cada vez somos menos teniendo que hacer más, lo de siempre y lo que acabamos de aprender, el futuro es inevitable, existe, pero al que le han dado el boli se lo han dado sin tinta.

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  2. No creo que nadie os haya engañado... teneis todas las herramientas para pesar , medir, comparar y daros cuenta de las pesas falsas, como decia el poeta del pueblo Bertold Breth

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