martes, 12 de julio de 2011

Cuentos de hadas Higiénicos

23 junio 2021
8:00 a.m.

Salgo de casa, la mañana se ha levantado metálica sobre el cielo Granadino. Consulto de nuevo el tiempo en el teléfono móvil, allí todo será soleado. Perfecto. Ando por la calle Gracia hacia abajo, creo que dejé el coche cerca del restaurante indio. El kioskero me saluda. Todas las mañanas le compro el diario antes de ir a la facultad. Hoy no me interesan las noticias. Que se maten en el senado. La bolsa de viaje me pesa en el hombro, seguro que me hace una marca. Abro la puerta del coche y dejo la maleta en la parte de atrás y el bolso en la del conductor. Pongo música, posiblemente a Enrique o a Manolo. Arranco.

11:30 a.m.
Paro en una estación de servicio. Tomo un desayuno ligero, zumo de naranja natural y un café sólo. Hago pis. Me miro en el espejo. Tengo un nudo en el estómago y más arrugas que antes. Qué más da. Pago el desayuno, reposto, quedan muchos kilómetros.

13:20 p.m
Te llamo.
-Hola
-Hola qué sorpresa, ¿Qué tal estas?
- Bien, en un atasco entrando a la ciudad.
-¿En serio? ¿Y a qué has venido?
-A un congreso, expongo una investigación.
-Molaría ir a verte, ¿Dónde va a ser?
-Que va, seguro que te aburrirías, es sobre métodos docentes, pero de momento ceno sola. ¿Puedes?

20:00 p.m.
La exposición ha ido bien, frente a ellos me siento segura. Veremos a ver en la cena. Hemos quedado a las diez en el restaurante aquél, el de la terraza en la calle. Compruebo la hora. Aún me queda tiempo. Decido dejar el coche en un parking del centro y andar hasta el restaurante. En la calle hay bullicio, las tiendas empiezan a cerrar y los compradores entran y salen. Me siento en un banco y me fumo un cigarro, ya no hace tanto calor como a medio día. Ya sabes que no me gusta fumar cuando tengo calor.

21:45
Estoy a cinco minutos andando del restaurante. Empiezan las dudas. Compruebo que lo llevo todo en el bolso, llaves, móvil, cartera, pañuelos, gafas, el libro, un bolígrafo. Tener objetos útiles me hace sentir más segura. Vibra el móvil. Ya estás allí. Debería haber llegado primero.

22: 15
Me has mirado extrañado. Supongo que me visto,me peino, me maquillo y me muevo de una forma demasiado formal. Lo demás va bien, relajado. Eres tú. Soy yo. He decidido no pedir vino, no de momento. También te sorprende que coma ensalada. Me hago vieja. Empiezo a sentirme insegura. Trabajas en una empresa pequeña y asciendes rápido. Lo suponía pero me esperaba que hubieras hecho algo más por tu cuenta. Vuelvo a dudar. Se acaba la comida.
-¿Una copa?
-Vale, pero rápida que mi mujer cree que estoy trabajando.
No esperaba otra cosa. Te dispones a pedir.
-Mejor en otro sitio.

24 junio 2021
12:30 a.m
Parece una tontería pero que vayas en el asiento del copiloto me devuelve la seguridad. Yo he venido. Yo voy a hablar. Te llevo a mi hotel. No es nada ostentoso pero tampoco se parece a los que íbamos cuando éramos estudiantes. Tiene una mesa en la terraza y una cama cómoda. Me vale. Cojo 2 botellitas de ron del minibar y una lata de cocacola, te sirvo, me sirvo, me siento. Enciendo un cigarro. Tú ya no fumas. Haces bien. La noche es fresca y el ron me va calentando la garganta.

01:20 a.m
Aprovecho un inocente silencio. Me descalzo y subo las piernas a la silla. Te miro a los ojos.
-Bueno pues ha llegado el día.
-¿Qué día?- Contestas risueño creyendo que seguimos hablando del trabajo, de la vida, de tu esposa...
- El día en el que vuelvo a por tí.- Cojo el libro de dentro del bolso- Me lo han publicado. Me está costando dinero, pero me gusta saber que alguien lo leerá- Te leo el poema que te he leido tantas otras veces:

"Un dia volveré a por ti

Un dia me calzaré las botas de andar e iré a recogerte.
Diré hasta aquí mi camino solitario. A partir de ahora lo ando contigo.

Un dia volveré a por ti

Te pediré perdón.Te pediré disculpas por haberme ido. Te pediré un beso.
Te daré una sonrisa.Te mostraré mi experiencia.Callaré mis secretos.

Un día volveré a por ti, y, habré tardado tanto, que ya no estarás esperando".

Me miras fijamente. Dejo el libro en tu zona de la mesa y le doy un sorbo a la copa.

- Bueno, es todo cierto al final; vuelvo a por tí y tu ya no estás esperando. Creo que nunca has esperado. Si lo hubieras hecho creo que no hubiera vuelto.

-¿Y qué es lo que quieres exáctamente?

- Quiero contarte la verdad. Contártelo todo. Y después no sé qué más quiero. No te he olvidado en todo este tiempo. He estado luchando contra ello, por supuesto, pero nadie podía suplantarte. Mi vida profesional es buena, y también la social. Además he entrado en la segunda juventud sexual. Las treintañeras somos las quinceañeras de la edad adulta. Vuelvo a no ser invisible y me río mucho con los jovencitos- Sonries-. Pero no me voy a permitir callarme esto. Ya no necesito que pienses que soy independiente y fría y dura e inteligente y guerrera. Porque ya soy todo eso, y otras muchas cosas que son más importantes. Ahora necesito que sepas que algo pasa. Que algo me pasa. Quiero compartirlo, y quiero que sea contigo. Me da igual que hayas cambiado. Me da igual dónde vivamos. Me da igual que estrujes por abajo el bote de la pasta de dientes. Quiero estar contigo, porque estamos hechos el uno para el otro. Desde que nos conocimos hasta que muramos y obviarlo por razones secundarias, sería la cosa más absurda que has hecho en tu vida. Me dispongo a hacerte feliz.-

04:00 a.m

Follamos. Es todo tórrido y húmedo. Te gusta. Me gusta. Recordaba que tu polla tenía una forma diferente, pero también me gusta así. Tienes barriga. Qué más dá. Suena tu teléfono. Es tu mujer. No contestas. Me lo merezco. Pongo música. Bailamos desnudos. Tomamos otra copa de ron. Volvemos a follar. Terminas sólo tú. Me doy una ducha. Me quedo dormida.

12:10 p.m

Me despierto por el sonido de la puerta. Me levanto. Me doy cuenta de que voy desnuda y me pongo una camisa. Son los del servicio de habitaciones, que me echan. Digo que voy enseguida y empiezo a vestirme. Salgo a la calle y hace un Sol radiante, me pongo las gafas de sol y entro en el coche. Pongo música. Quizá a Serj, o a Phil. Me pregunto dónde estarás ahora. ¿Habrás ido a trabajar? ¿Estarás aún discutiendo con tu mujer?.

14:30

En la salida de la ciudad hay tráfico denso. Recibo un mensaje. Es tuyo. Vuelvo a meter el móvil en el bolso. Subo la música y me enciendo un cigarrillo. Joder, pienso, soy una profeta. Arranco y salgo por fín a la autovía. El mensaje contenía alguna incoherencia, muy racional. Qué más dá. Estas han sido las 30 horas más felices de mi vida.



2 comentarios:

  1. Nena, me encanta...estoy flipando ahora mismo...je...es buenisimo...

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno señorita. Y opino como Antonio, mucha gente se verá en cierta manera reflejada en el texto. Conmigo al menos lo has conseguido.

    ResponderEliminar