sábado, 4 de septiembre de 2010

Inspirado por anteriores musas

Asiendo el bolígrafo, así como los recuerdos,
Atando fuertemente el yugo de mis pensamientos,
Redacto una confesión salvadora, exculpadota e inculpadora.

Me revelo a las culpas; culpo a los desvelos.

Nunca me preocupa la culpa cristiana. Parece ser que sí aquella culpa histérica, aquella culpa ansiosa, tan femenina.

La inseguridad recién vuelta a la superficie, como un reestreno de la misma obra, con otros personajes y el mismo guión de siempre, el inconfundible quiero y no puedo. El vaivén emocional. Los sentimientos salvajes.

¿Y qué cojones tendrá que ver todo esto con que esté enamorada de mi padre?
¿Qué tendrá que ver con el aspecto pseudo-real-objetivo de mi apariencia física?
¿Cuál es la absurda relación existente entre tú, él o cualquiera de los hombres de mi vida?

¡Pues todo! La maldita red interconexionada de siempre. Por eso es tan fácil escribir; igual de sencillo que le resulta a una araña ir en una tranquila caza de su presa, una vez ésta ha hecho vibrar su tela; No tendrían fin las palabras si no fuera por las exigencias líricas mínimas.

Mi circuito del placer, mi amígdala. Comer. Querer. Conseguir absurdos ovillos de conocimiento y de auto-conocimiento que me llevan a lugares insospechados.

Asco. Traición a medias. Querer-le a medias. Querer-te sin que sepa muy bien si queda algo de lo que quiero. O si tan sólo eres un proyecto inacabado, una meta que nunca llegué a concluir, un tenedor lleno de macarrones que me arrebataron de la boca, un cigarrillo apagado que se humedece con la saliva de mis labios.

No se puede vivir siempre en la cómoda superficie de las personas y los acontecimientos. Pero tampoco debo sumergirme demasiado en el interior de mi cerebro. En lo abisal de mis pensamientos. En el páramo desolado de la no-acción. En el perfeccionamiento continuo –Y FALSO-
De quién eres ayudado de otros túes, de creaciones cibernéticas, matrixianas.

Tú (aunque también yo), total, de carne y hueso. Mitad mentira-mitad verdad. Pero sé que en el fondo fue, todo aquello mucho más de lo que aparenta ser ahora. El mar calmo, inocente, neutro, susurrante, insulso; fue el su momento el lugar dónde se desató una terrible y feroz tormenta, una lucha elemental de la naturaleza, y es que, Dragón, es un error gustosa y orgullosamente cometido, amar a alguien antes de conocerlo.

Pero yo no sólo quería hablar de ti por muy a menudo que tu presencia recia y seca: castellana, vuelva a mi cabeza.

El mar bulle esta noche. Vertidos de petróleo, bolsas de plástico. Los trocitos de hierba que arrancan los golfistas. La sed de cerveza una noche de verano. Los berrinches de los hijos de otro. La erótica del poder. El poder del que se abusa. Las víctimas. Los verdugos. Todas las cosas que nunca te cuento (...).

Quizá muera este 2 de octubre en el valle de los caídos. No es tan posible todo lo que parece posible y se convierte en probable todo lo congruente con la realidad percibida en el presente.

Así que no es tan posible que la próxima vez que te roce estés casado, o me ames, o me odies, o me ignores; fuera del cine, la realidad se mantiene dentro de los límites que le suministramos el imperfecto grupo-sistema llamado sociedad.
Ya que es tu decisión volver a llamarte “nosotros” no os engañes. Que yo ya sé que “hola! ¿Qué tal?” es la realidad mas congruente con mi percepción de la organización actual del mundo.

Si no lo supiera, seguramente, a estas alturas estaría arrancando timbres, o esnifando cocaína sólo porque me recuerda vagamente que las adicciones y los placeres y tú (mi recuerdo de ti), sois, parcialmente, la misma maldita cosa.

1 comentario:

  1. Tú (aunque también yo), total, de carne y hueso. Mitad mentira-mitad verdad. Pero sé que en el fondo fue, todo aquello mucho más de lo que aparenta ser ahora.

    ResponderEliminar