domingo, 17 de marzo de 2019

Ira

Las garras deshaciendo cada orden interno.

La temperatura que sube y el corazón que acelera.

Siempre pensé que era más de huida, o más de grito, o más de quietud hasta que la amenaza desaparezca.

Pero al parecer me he vuelto más de lucha, que de huída.

Ahora, a la adultez, quiero Violencia.

Cada célula independiente chilla: Violencia.
Cada órgano ebulle y en los calderos donde el humor se guarda, se cocina Violencia.
El cerebro se humedece hasta que se baña por completo.

La pantalla a rojo. Y ahora lo que quiero es destruirte. O destruirme.
O que explote el mundo.

Arrancar cada adoquín, cada mejilla y cada pensamiento.
Desgajar la realidad como una naranja.

Pero que duela.
Es imprescindible que duela.

Que cada herida que se crea cuando la ira me desgarra por dentro,
tenga gemela en mi piel, en mi lengua.


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