Y así tras largo tiempo me sorprendo a mi misma.
Me doy cuenta de que ya te he olvidado.
Por que la alhambra, el sueño, la realidad, lo de dentro y lo de fuera ya no tienen tu nombre escrito.
Y puede que esté condenada al absurdo tópico de las clavijas, las tuercas y los clavos, pero a lo mejor tengo un engranaje y no un corazón o a lo mejor nunca olvidé a nadie, o a lo mejor es q nunca llegue a conocerles.
martes, 24 de noviembre de 2009
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