
Prosa Prosaica.
Mañana las cadenas me atan al pueblo que vió como se caían mis dientes de leche.
Todo al traste.
Vete, huye, corre muy muy lejos como sé que ya lo haces, olvídame. Déjame aquí ;vacía en este proceso de dejar de quererte que parece que no acaba.
Cada día te veo mas lejos en el camino y desapareces poco a poco. Debería enfadarme, debería estar triste por que ya no estés dentro de mi piel, porque esté consiguiendo que no existas.
Dentro de poco podré incluirte en la grandiosa cognición emocional:
Pasó el pasado en el camino y lo miraba y no podía llorar.
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